Espacio de información, estudio y conocimiento para la deconstrucción argumental de la Hispanofobia y del montaje de la Leyenda Negra antiespañola. La aversión por España, la cultura e idioma español y el rechazo hacia los hechos pasados y presentes de los españoles.
Un rasgo indudable de la lengua española es su carácter universal. Según el Anuario 2020 El español en el mundo del Instituto Cervantes, hay en el mundo 489 millones de hispanohablantes nativos, de un total de 585 millones de personas que hablan castellano. Unas cifras que, además, no han dejado de crecer: solo entre 2019 y 2020, los hablantes nativos aumentaron seis millones.
Con estas cifras, el español consolida su posición como segunda lengua materna más hablada del mundo, solo por detrás del chino mandarín, y como tercera lengua en el número de hablantes, tras el inglés y el chino. Un 7,5% de los habitantes del planeta, por tanto, son capaces de comunicarse en la lengua de Cervantes y García Márquez.
Además de los 21 países que tienen el español como lengua oficial, destaca la impresionante presencia del idioma en Estados Unidos, donde residen más de 41 millones de hispanohablantes nativos y otros 15 millones son capaces de hablarlo y entenderlo. En Europa –aparte de España-, casi 31 millones de ciudadanos tienen competencias en idioma español.
Y es que el interés por el idioma español no ha dejado de crecer. En la última década, ha aumentado en un 60% el número de personas que lo estudia en todo el mundo, superándose por primera los 22 millones de estudiantes en centros oficiales de 110 países (más los existentes en centros privados), con EEUU, Brasil y Francia a la cabeza.
Un crecimiento que también se refleja en Internet, donde se ha consolidado como tercera lengua más utilizada, solo por detrás del inglés y del chino mandarín. De los 4.585 millones de usuarios de la Red, casi el 8% se comunica en español. Un idioma que también segundo en número de textos científicos publicados, superando al francés, alemán y chino, y solo por detrás del inglés.
La crisis económica provoca un descenso en la valoración de todos los países. También en la anterior Gran Recesión, la iniciada en 2008, se produjo una caída de las valoraciones que afectó a todos los países y a todas las instituciones nacionales e internacionales.
Consigue 8,12 puntos y la 22ª posición de 167 países, en un contexto mundial de deterioro democrático causado por las restricciones frente a la Covid
La irrupción de la Covid-19 ha sacudido a los sistemas sanitarios, a las sociedades y a las economías de todo el mundo. También a sus sistemas políticos, lo que ha causado un “retroceso sin precedentes de las libertades democráticas en 2020”, según el último Democracy Index de la Unidad de Inteligencia de ‘The Economist’.
Frente a un mal año para la democracia en el mundo, España demuestra la fortaleza de sus más de cuarenta años de democracia y, una vez más, figura entre los sistemas democráticos más avanzados del planeta. Con una puntuación de 8,12 puntos sobre 10, España obtiene la 22ª posición (de 167 países y territorios) en el ranking, manteniéndose de esta forma en el privilegiado bloque de las únicas 23 democracias plenas del mundo, que suponen el 13,8% del total de países y el 8,4% de la población mundial. La inmensa mayoría de países son calificados por ‘The Economist’ como democracias imperfectas (51 países donde vive el 41% de la población), regímenes autoritarios (57 países que albergan al 35,6% de los habitantes del planeta) y regímenes híbridos (35 estados donde vive el 15% del mundo).
No obstante, España retrocede cuatro posiciones en el ranking global y pierde seis centésimas con respecto a 2019, pasando del 18º al 22º puesto y de los 8,18 a los 8,12 puntos. Una pérdida de puntuación ligera y similar a la de otros países de nuestro entorno, incluso entre los líderes del ranking: Noruega, en la primera posición, ha pasado de los 9,87 puntos en 2019 a los 9,81 en la presente edición; Islandia, de los 9,58 a los 9,37; y Suecia, de los 9,39 a los 9,26. Los países vecinos Francia y Portugal, además, salen del grupo de las democracias plenas: el país galo cae de la 20ª a la 24ª posición y Portugal del puesto 22 al 26. También en el bloque de las democracias imperfectas figuran Estados Unidos (25), Italia (29) o Bélgica (36).
El retroceso ha sido global: la puntuación media de los 167 países y territorios ha pasado de 5,44 a 5,37, lo que supone la peor caída de la media global desde que ‘The Economist’ comenzó a elaborar el índice, en 2006. Por su parte, la media en Europa Occidental, donde se encuadra España, ha pasado de los 8,35 a los 8,29, precisamente el descenso experimentado por España.
El principal motivo, según ‘The Economist’, han sido las medidas restrictivas llevadas a cabo por prácticamente todos los gobiernos como medida para atajar la pandemia y que han hecho perder puntuación en el apartado de libertades civiles que analiza el índice. De hecho, España mantiene la misma puntuación del año pasado en cuatro de las cinco categorías del Democracy Index: en Procesos Electorales y Pluralismo obtiene 9,58 puntos, su nota más alta; en Participación Política, 7,22 puntos; en Cultura Política, 8,13 puntos; y en Funcionamiento del Gobierno, 7,14 puntos. Solo retrocede en Libertades Civiles, al pasar de 8,82 a 8,53 puntos en 2020.
Lo mismo ha ocurrido en el resto de Europa, donde la puntuación media en el apartado de libertades civiles pasa de 8,78 a 8,53. Por ejemplo, Irlanda, que en 2019 obtuvo un 10 en libertades civiles, pasa esta vez a 9,71; Noruega, Finlandia e Islandia pasan de 9,71 a 9,41; Suecia de 9,41 a 9,12; y Francia, de 8,53 a 8,24, entre otros.
‘The Economist’ Intelligence Unit ha basado su estudio de 2020 tanto en la información de expertos internacionales como en encuestas de opinión pública, como las World Value Surveys (WVS Database), Eurobarómetro, Gallup, Asian Barometer, Latin American Barometer, Afrobarometer y encuestas nacionales; así como en el análisis de la situación legislativa de los países. De esta forma, la escala del 0 al 10 para cada país se basa en las valoraciones de 60 indicadores, agrupados en cinco categorías, cada una de ellas con su propia puntuación del 0 al 10, de la que se extrae la media y calificación final.
Otros índices de calidad democrática
Además del Democracy Index, son muchos los indicadores, estudios y rankings internacionales que demuestran la buena salud y el vigor de la democracia española, su Estado de Derecho y las libertades civiles y políticas de las que goza su sociedad.
Uno de los índices más completos y complejos que analizan la salud democrática de los países es el Índice de Democracia Anual del Instituto Varieties of Democracy (conocido como V-Dem Institute) de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). En él, España ha ido mejorando posiciones de forma más que notable, hasta situarse en la 9ª posición como democracia liberal más completa de un total de 180 países en su último informe, publicado en marzo de 2020. Entra así en el top 10 con Dinamarca, Estonia, Suecia, Suiza, Noruega, Bélgica, Portugal, Costa Rica y Nueva Zelanda, y supera la puntuación de naciones como Finlandia, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos, Francia o Alemania. Respecto a los otros bloques que analiza el informe –y que a su vez se componen de otros subíndices-, España logra la 7ª posición en el ámbito de la democracia electoral; el 12º puesto en el ámbito de las libertades; el 18ª en lo referente a igualdad; y el 26º tanto en los bloques de participación y componente deliberativo.
Por otra parte, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (International IDEA), organización intergubernamental con sede en Estocolmo, sitúa a España como la 13ª democracia con una mayor calificación entre los 158 Estados analizados en su índice The Global State of Democracy. Una mejora de siete posiciones con respecto al año anterior en la que España ha conseguido una puntuación global 0,7705 sobre 1, similar a la del Reino Unido, Alemania o Bélgica, y superior a Canadá, Francia o Austria. En el informe, que recoge datos de 2018, España sale especialmente bien parada en el bloque de gobierno representativo, en el que alcanza 0,81 puntos y el 9º puesto mundial; y en derechos fundamentales, con 0,84, la misma que Canadá y ligeramente superior a Países Bajos o Francia. También mejora su calificación en el bloque de Control al Gobierno, en el que logra 0,79 puntos y la 14.ª posición mundial; y en Administración Imparcial, con 0,84 puntos y el 12.º puesto.
España también ha mejorado su posición en el Índice del Estado de Derecho 2020, el ranking elaborado por la organización independiente World Justice Project y que mide el grado de cumplimiento del Estado de Derecho en los diferentes países y territorios del mundo. En la última edición, nuestro país ha conseguido una puntuación global de 0,73, una décima más que en 2019, lo que le sitúa en el puesto 19 de 128 países y jurisdicciones. Se sitúa de esta forma en una posición muy similar a Francia (20) y Estados Unidos (21), y por encima de Portugal (23) e Italia (27).
A los índices sobre la calidad democrática y Estado de Derecho se suman otros estudios de prestigio internacional como el índice Freedom in the World que cada año publica la organización Freedom House. En su edición de 2020 y relativa a los datos de 2019, España consigue 92 puntos sobre 100, superior a la de naciones como Francia, Italia o Estados Unidos. Además, se sitúa entre los 20 países con mejor posición en las subcategorías relativas a procesos electorales (12ª), pluralismo político y participación (16º) y funcionamiento del Gobierno (10º).
En el mundo marcado por la pandemia, la imagen que los ciudadanos de cada país tienen del resto se ha visto considerablemente dañada. Desde Estados Unidos hasta China, pasando por la totalidad de los países europeos, el pesimismo imperante y el malestar emocional erosiona la credibilidad de las instituciones públicas y las naciones pagan por este desprestigio. Todos, en definitiva, valoran peor a todos. Eso sí, a la hora de criticar a España, nadie gana a los españoles.
Esta es la principal conclusión de la novena oleada del Barómetro de la Imagen de España (BIE) presentado este jueves por el Real Instituto Elcano. El informe explica que España, junto al resto de naciones del mundo, ha perdido prestigio de cara a los ciudadanos de los países consultados, obteniendo una valoración de 6.3, un descenso de 0.8 puntos con respecto a 2018, cuando se llevó a cabo el último BIE.
Sin embargo, en términos generales, la imagen de España se mantiene en la misma posición en la que estaba hasta ahora: por debajo de Alemania y emparejada con Italia y Francia —aunque, si solo se tiene en cuenta el voto de los ciudadanos de los estados europeos, Madrid se encuentra ligeramente por encima de Roma y París—. Por ello, Carmen González Enríquez, directora del barómetro, calificó de «estable» el prestigio español. La pérdida de reputación internacional con respecto a 2017 es especialmente grave en los casos de Reino Unido, que cayó 1.4 puntos debido en gran medida al Brexit, Estados Unidos, que bajó 1.3 puntos tras la presidencia de Donald Trump, y China, que con 2.3 puntos menos es la principal perdedora de la lista.
Los autores proporcionaron a los entrevistados un listado de pares de adjetivos o sustantivos para que decidieran, en cada caso, cuál de ellos era el que mejor definía al país. Los españoles son mucho más críticos a la hora de responder a este diferencial semántico. Por ejemplo, en el par corrupto-honesto, solo un 23% de los extranjeros se decantan por la primera opción, mientras que un 64% de los ciudadanos nacionales la eligen. Lo mismo ocurre en el caso de los adjetivos débil (25% de los extranjeros y 52% de los españoles lo eligen frente a fuerte) y pobre (43% de los extranjeros y 62% de los españoles lo eligen frente a rico). «Es un proceso que ya contemplamos en anterior crisis económica», explicó González. «HAY UNA GRAN DIFERENCIA ENTRE LA AUTOESTIMA DE LOS ESPAÑOLES Y LA ESTABILIDAD DE LA BUENA IMAGEN DE ESPAÑA EN EL EXTERIOR», un pesimismo que describió como «UNA RÉMORA PARA EL PROGRESO DEL PAÍS». Esta diferencia de percepción también se extiende a la gestión de la pandemia: los españoles la suspenden con un 4,8 mientras que en el extranjero la aprueban con un 5,9.
Por otra parte, el barómetro también evidencia que, en el apartado estratégico europeo, Alemania es la clara líder del continente. Con la excepción de Portugal (que favorece a España), todos los países europeos consultados eligen al país germano como aliado preferido. España sorprende en este apartado: es la segunda opción tanto para Francia como para Italia y la tercera para Alemania (por detrás de Francia y Austria).
Pew Research Centre, un centro de investigaciones con sede en Washington D.C, realizó un estudio para averiguar qué países creen que su cultura es superior que la del resto de países europeos. Teniendo en cuenta las conclusiones que presenta la investigación, en la que se recogen niveles notablemente altos sobre identidad nacional, religiosidad o multiculturalidad, las cifras proyectan un resultado sorprendente al hilo de esa “superioridad” cultural. Los resultados que Pew Research Centre responden a encuestas realizadas entre 2015 y 2017 y ha reunido alrededor de 56.000 adultos en 34 países de toda Europa.
Destaca que Grecia sea el país, con un 89%, que siente esa superioridad sobre los demás países europeos. Seguido de Georgia y Armenia, con un 85% y un 84%. Por el lado completamente opuesto, España es el país con la autoestima más baja de Europa. Sólo un 20% de los españoles siente que su cultura es superior. Con algo de diferencia se encuentra Bélgica, mostrando que sólo un 23% de sus lugareños flamencos defienden su cultura por encima de las demás. Por el contrario, sorprende que Portugal recoja un 47% y supere a España.
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